Siempre que el 47 pasa por esa plaza, te busco.
Siempre que el 80 pasa cerca de la esquina y por una plaza, te busco.
Siempre que paso cerca de Alberdi y Cosquin, te busco.
Cuando paso cerca de tu colegio, de la pizzería donde te crucé, te busco siempre.
Y no te encuentro, o quizás si pero no te quiero ver.
Una semana atrás escribí esto. Ahora me estoy privando de vos, de tus palabras.
Y me parece bien, es lo mejor para mí.
Igualmente, nunca me voy a desligar totalmente.
Y te voy a seguir buscando en cada
plaza, en Emilio Castro, en Cosquín, en Alberdi, en Liniers o a la vuelta de mi casa.
Te quiero y te odio
me cansas, me desesperas
me agotas, me haces pensar.
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